1. Nunca te maquilles sobre restos de maquillaje. A veces, después de un día duro, volvemos a maquillarnos para una cena o un evento nocturno sin limpiar la piel antes. Es un gran error, ya que es probable que el delineado antiguo provoque efecto ojeras y que la base no quede nítida y cause un efecto roncha. Siempre debemos desmaquillar para maquillar de nuevo.
2. Utiliza la base correcta para tu tipo de piel. Para una piel normal-seca lo más adecuado es usar una base líquida hidratante que nos ayude a homogeneizar textura y color, así se evita que la piel absorba el maquillaje y éste desaparezca al poco tiempo de haberlo aplicado. Si tienes cutis graso debes buscar bases no grasas para evitar los brillos.
3. Elegir el color de la base incorrecto: recuerda que todo lo que no luce natural te agrega años. Siempre tiene que ser del tono de nuestra piel o uno menos ante la duda. Luego para dar más color o aspecto bronceado lo podremos conseguir con unos polvos de sol o translúcidos.
4. Aplicar más corrector del que necesitas: evita aplicar mucha cantidad de corrector en las líneas de expresión y sin difuminarlo de forma adecuada. En lugar de ocultar defectos lograrás el efecto contrario. Esto suele pasar con los correctores de ojeras que luego dejan un efecto “antifaz” en nuestra mirada.
5. Aplicar demasiado polvo translúcido o colorete. Lo mejor es ponerlo en las zonas donde no hay arrugas y teniendo en cuenta siempre la forma de nuestro óvalo facial. Es muy importante el trazo que hagamos con la brocha para que sea más natural.
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